Y te fuiste así, sin decir nada. Sin despedirte, sin dar explicaciones.
Y me dejaste aquí, sola. Sin ti. Sin tu amor. Sin tus besos.
Y aquí sigo, en el mismo sitio donde me dejaste, y aquí seguiré esperando a que vuelvas. Aunque cada día que pasa dudo más que lo vayas a hacer. Puede que te espere para siempre, o puede que nunca más lo haga. Porque al final, la paciencia se acaba, y el amor también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario